Como en una serie de suspenso que a cada capítulo incrementa la tensión, el conflicto entre el gobierno nacional y las gobernaciones provinciales escala día a día. Tras la quita de los subsidios al tranporte en el interior del país y la eliminación del incentivo salarial para los docentes, entre otras medidas de ajuste, al menos cinco gobernadores recurrieron a la Justicia y otros anunciaron que lo harán en breve. El dato negativo para la Nación es que ese conjunto incluye a muchos que, hace apenas un mes, estaban dispuestos a colaborar con el oficialismo. Lejos de negociar, Javier Milei volvió a arremeter contra los mandatarios y les reclamó que ajusten las cuentas provinciales. «No la ven», los desafió.
El Presidente apeló a ese latiguillo para responsabilizar nuevamente a los gobernadores por la caída de su Ley Ómnibus, el proyecto con el que pretendía desregular la economía y desguazar el Estado y que terminó fracasando en la Cámara de Diputados. “Siguen pensando con la lógica del círculo rojo”, dijo sobre los mandatarios provinciales, a vez que ponderó la quita de subsidios al transporte, reiteró que no le corresponde a la Nación pagar el Fondo de Incentivo Docente y subrayó que tampoco habrá obra pública, a la que calificó de “mecanismo de robo furioso”.
Milei insistió con el discurso que considera «un triunfo rotundo» el derrumbe de su megaley porque puso en evidencia quiénes están «del lado de la libertad y quiénes son los colectivistas” que defienden “intereses particulares” y “privilegios de casta”. El Presidente argumentó que, cuando en la negociación por la Ley Ómnibus bajó el capítulo fiscal, los mandatarios provinciales leyeron ese gesto como un signo de «debilidad» y apostaron a «rapiñar dos puntos del PBI». Según Milei, el gobierno central debió recortar un déficit de 15 puntos mientras las provincias en conjunto deben hacer el esfuerzo por 1 punto, por lo que llamó a los gobernadores a “dejar de hacer recitales a beneficio y pagarles a los docentes”.
Para que no dejaran dudas los planteos de Milei, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que el Gobierno no convocará a los gobernadores a reuniones específicas para analizar la situación fiscal, pero, eso sí, dijo que «el diálogo» con las provincias «está abierto». Y el ministro del Interior, Guillermo Francos, aseguró que el ajuste sobre las gobernaciones no implica «ninguna venganza» contra los distritos por el derrumbe de la Ley Ómnibus, sino al «cumplimiento de la ley para poner el país en orden».
Las palabras de Francos no parecieron condecirse con los dichos del Presidente, en particular con su arremetida contra el mandatario cordobés, Martín Llaryora. “El gobernador de Córdoba se quejaba de que se caían 20 mil millones del subsidio al transporte. Gasta 26 mil millones en pauta oficial para que hablen bien de él”, disparó Milei. El miércoles, Llaryora había cuestionado los insultos y ataques del «libertario» y había expresado que el Presidente debería disculparse con él. Pero el líder de LLA no pensó lo mismo: “Yo no tengo que pedirle disculpas por nada. No estoy en política para resolver problemas psicológicos”, dijo.
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